LA MULTA

Hoyme he acordado, a raiz de una conversación, de la única vez que me han puesto una multa en mis 16 años de carnet. Yo venía de no se dónde y al querer entrar en mi garaje me encuentro la entrada obstruida por un enorme camión. Pito y pito y nadie acude. Bueno sí un guardia municipal mu chulo que me dice que me quite, que estoy obstaculizando el tráfico. Me pregunta:
-Señora, qué hace usted ahí?
-Pues nada, como ya he terminado de depilarme, ahora estoy haciendo una toquilla pa mi abuela.
usted que cree que estoy haciendo? pues esperando poder entrar en mi garaje. Le indico que en lugar de meterse conmigo, le diga al tipo del camión que se largue, y el tipo me dice que no, que la que obstaculiza el tráfico soy yo, y que me dé una vuelta hasta que el camión se vaya.
- Oiga usted, guardia, si usted va a su casa y se encuentra un tío en la puerta, usted qué hace? se va a dar una vuelta hasta que el tío se vaya o le pega una patada en los huevos y entra usted tan pancho?
El guardia se mosqueó, pero no daba su brazo a torcer e insistía en que circulara, a lo que yo, por supuesto me negué..... entonces me puso la multa. Me pidió los papeles del coche y se los dí, pero él no encontró los del seguro, yo le dije: están ahí, busquelos, y él pegando un carpetazo dijo que no, que no había nada que buscar. Me puso la multa, yo me bajé furiosa del coche y me fuí detrás de él, hasta el puesto de policía, evidentemente, el coche lo dejé en un ladito, donde no molestara demasiado. Cuando llegué me encontré con guardia que conozco y le conté lo que había pasado, y el le dijo al guardia de la porra:
- Hijo mío, no sabes lo que has hecho, ni con quien has ido a topar en tu primer día.
Me quitó la multa, me pidió disculpas y se ofreció a echar al tipo del camión que todavía estaba en la puerta del garaje.
Yo cogí el coche, dí la vuelta a la manzana y cuando paso por el puesto, el chico estaba en la puerta y me para.
-Señora, espere un momentito aquí, que voy a echar al del camión
-No te preocupes cielo, mientras tú lo haces, yo doy una vuelta.
El pobre se quedó con dos palmos de narices, seguro que pensó que estaba loca