Os presento a mi gato Nicolas. Este se cayó de un arbol en el colegio de mi sobrina y ella no tuvo otra cisa que hacer que enchufarmelo a mi. En realidad fué cosa de su madre porque ellos no se lo podían quedar. Estuvo una semana en la clinica veterinaria donde yo trabajaba por aquel entonces. Era tan pequeño que Rosa ni siquiera pudo sacarle sangre, tenía las venas tan finas que ninguna aguja le iba bien, de hecho, Petra se tiró toda la semana haciendo su trabajo con el gato metido en el bolsillo del uniforme. Cuando llegó el dia de traerlo a casa yo estaba de un mal humor imponente. No quería más gatos pero a ver qué se hacia con él. Había una señora que se lo quedaba pero dentro de quince días y yo sabía que si metía al gato en casa, no iba a salir nunca.
Le metí en casa y aquí está. Goooordo y maravilloso y me alegro mucho de habermelo quedado porque es una monada. Y le queremos.
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