lunes, 31 de enero de 2011

EL HOMBRE FELIZ

Lo perdió todo en un instante,
el suelo se hundió y se llevó su vida
se marchó solo, con las manos vacías
sin nada, sin nadie, sin saber donde iba
se aparcó en un desierto rodeado de olivos
y abrazandose a ellos se juró echar raices
con un pico y su rabia comenzó los cimientos
de una vida distinta, de la vida soñada
una mezcla de cemento y lágrimas
forjó las paredes de su casa y su vida
trozos de corazón quedaron sepultados
los árboles y el duelo fueron su compañía
incansable en su obra de construir su casa
incansable en su esfuerzo de forjar una vida
fue enterrando el dolor entre cuatro ladrillos
ahogando la pena en mil rios de lágrimas
constante en el empeño de lograr ser dichoso
de seguir adelante, de curar las heridas
muchos años de lucha, de tapar cicatrices
fueron dando su fruto aportandole calma
muchas horas de charla con su voz interior
lograron suavizar el grito de su alma
se curtió en mil batallas desgarrando su entraña
trabajando detalles, analizando penas
durmiendo a la intemperie, amontonando piedras
hasta que un buen dia sintió un torrente
de sangre acelerada corriendo por sus venas
habia vuelto a la vida tras una muerte lenta
fué una lucha a muerte con sus mismas entrañas
partidas de dolor pero logró vencer
buscó los trozos de corazón perdidos
entre cemento y odio, y con mucha paciencia
los limpió del odio y el polvo acumulado
y los pegó con paz, paciencia y calma plena
ese musculo extraño le quedó como nuevo
y empezó a bombear amor y sangre limpia
sangre roja y ardiente, recubierta de un halo
de bondad y transparencia, de comprension y paz
en paz consigo mismo, tolerante su ánimo
derrocha amor y vida, es pura fibra y nervio
es tan llena su alma, es tan grande su centro
son tan hondos sus ojos como un mar siempre en calma
después de tantos años, logró volver en si
despues de muchos años, es EL HOMBRE FELIZ










2 comentarios:

Vera (jarra 4 picos) dijo...

El Hombre Feliz es un gran hombre,
El Hombre Feliz ya si sonríe a la vida
con la mirada sosegada y noble
que brota de su alma cristalina.
Sus manos curtidas por el trabajo
miman a esa madre tierra
con amor, sin cansancio,
sembrando y recogiendo cosecha.
El Hombre Feliz encontró una estrella
que con su ternura y mucho amor
felicidad y luz a su vida le llega.
El Hombre Feliz en su desierto de penas
trabajó con mucho tesón,
creyó en una vida plena,
pero un día, de repente, se encontró
con una bella sirena.
Se iluminó su vida,
terminaron las tristezas,
una amplia sonrisa
marcó su vida entera.

Enhorabuena amiga. Un beso, Vera

Antton dijo...

El hombre feliz somos todos, o podemos serlo. También hay mujeres felices...