LA NIÑA SIN SOMBRA

Esta es la historia de  una niña y una sombra.

La niña era como casi todos los niños, egoísta, exigente y caprichosa. Fue una niña muy deseada, por lo tanto, estaba muy mimada, tanto, que con el paso de los años no logro crecer.

La protección la hizo insegura y no tenía armas para defenderse, no las necesitaba, todos la querían y la protegían.

El tiempo pasa y la niña se hizo adulta.

Tenía que ser el centro de todo para sentirse bien, la protagonista. Quería serlo en la vida de los demás, sin embargo no sabia como ser protagonista de la suya. Buscaba el amor pero no sabía amar, no conocía el significado de esa palabra. Ella le había dado su propio significado

La sombra era todo lo contrario.

Pero estaba prisionera.

Encerrada, muy muy hondo, en lo mas hondo del sótano. Condenada a vivir en la oscuridad, donde ni siquiera ella podía verse, porque las sombras solo se ven cuando hay claridad, cuando el  sol ilumina.

En ocasiones la sombra lograba escapar pero la niña siempre la encontraba y la volvía a encerrar. La envidiaba, por eso la tenía escondida. Ella quería poseer las cualidades de la sombra porque sabía que, aun en su encierro, la sombra era más feliz y mas libre de lo que ella había sido jamás.

Era una victima. Tan mentirosa con ella misma que llevaba toda la vida viviendo en la fantasía de la niñez  porque no soportaba la realidad, su carácter ni sus defectos.

Su alimento era el beneplácito y los aplausos de los demás.

Para ella, la sombra no era nada, se evaporaba al caer el sol, y ella era la protagonista. No importaba si lo era de una vida de apariencias y mentiras.

La sombra no era nadie, no necesitaba nada, al contrario que ella, que era necesidad pura.

A veces tenia la sensación de que debía liberarla, pero estaba asustada, nadie le había hecho sombra jamás y temía que si la liberaba, si la dejaba salir a la luz, nadie volvería a quererla a ella.

Lo que no sabia era que la sombra y ella eran una y que no lograría ser feliz hasta que la abrazara y las dos se fundieran en un solo ser.

Solo entonces esa niña seria una mujer completa.