lunes, 17 de mayo de 2010

REFLEXIONES...


Mirando hacia atrás…sin ira, y muy atrás, ves cosas que antes no has visto…


Esa eterna ansia de cariño, esa necesidad de que te quieran a costa de cualquier cosa…

Ese dar y dar a cambio de que se sabe qué… de nada quizás…o de mucho pero no de lo necesario para ti.


Dinero, comodidades… y tu pidiendo a gritos, pero en silencio, un poquito de apoyo, afecto…amor, o de demostración de ese amor que tal vez existe, o seguro que existe…pero tú no lo sabes, porque nadie te lo dice y tal vez también tu misma no te crees merecedora de ese amor…

Sentir que decepcionas siempre…que no respondes a las expectativas que se ponen en ti…ni siquiera eres capaz de cumplir las tuyas…

Acostumbrarte a tener la autoestima muerta y enterrada, con muchas piedras encima, vaya a ser que le dé por resucitar y trate de salir de su fría tumba… olvidarla y empezar a vivir en los ojos de los demás…


Y seguir viviendo del aliento de los demás…agradeciendo siempre lo que crees no merecer…por haber fallado…

Llorar sin motivo aparente
-¡que tía más rara! Y ahora ¿por qué lloras?

¡Y tú que sabes! Solo lloras… es lo que te sale.

Desde pequeña has sido así…estudiante brillante y estudiosa que de pronto lo deja todo… decepcionando, aunque nadie te lo diga…


Mi padre decía que uno da lo que tiene… o lo que recibe….
Bueno, pues yo he dado una sobredosis de lo que me han dado a mí. Protección… mucha, mucha.
Y yo he cometido el error de hacer lo mismo.


Y me doy cuenta ahora.

Aunque con mi hijo he procurado hacer lo contrario, lo he conseguido solo a medias… procure darle la libertad que yo nunca tuve, pero al mismo tiempo le he defendido siempre como una leona a su cachorro. Aun cuando dejo de serlo. Y eso no es nada bueno.

Y me doy cuenta ahora…


Mi madre fue más lista que yo. Logro encerrarme en una jaula y a la vez hacerme útil. Útil para recados, papeleo, tramites varios… todo eso sin dejarme ir de excursión con el colegio, nada de viajes de estudios con el instituto, nada de salir con chicos… pandillas, pero de chicas, colegio de chicas…


Cuando con trece años nos mezclaron con los chicos le iba a dar un patatús… o le dio, no me acuerdo ya…

4 comentarios:

Gales dijo...

Pues aún así eres única y valiosa, ¿lo sabes? ¡me da una rabia que no te lo creas!. Tu niño mu guapo. Besssosss

josefina dijo...

buenoooooooooooo
me lo creere con el tiempo....
besitos corazonnnnnnnn

Anónimo dijo...

Me pasó Gatti... me pasa aún, desde que falta mi padre, al encontrarme definitivamente sola echo la vista atrás... y me paro a ver cosas que me salté mientras los tenía... a veces buenas, a veces les haría amargos reproches.

Cuesta mucho, cuando sabes que sientes ya con la libertad de ser objetiva... jo´lines si cuesta.

Estupendo post
Besitos
Cata

josefina dijo...

Gracias cata... en eso estamos de acuerdo...
a mi me queda mi madre, pero a veces pienso en el dia en que no este y me quede sola, como dices...con gente alrededor, desde luego, pero sola de ellos.
Y cuesta
besos